EL RECAMBIO DE NUESTRA SELECCION

Ariel Amarillo nos brinda otra interesante columna acerca del recambio de nuestra Selección Nacional. Según su punto de vista, la falta de reclutamiento de los clubes y la urgencia del éxito son las principales barreras a las que nuestro básquet debe enfrentarse desde todos sus estamentos para generar nuevos talentos. 

Por Ariel Amarillo

El tema del recambio de jugadores en la selección nacional está relacionado muy estrechamente  con lo que sucede en nuestra Liga Nacional ya que ésta es el ámbito propicio para generarlo.

Dentro de nuestra competición hay dos aspectos que deberían revalorizarse para fomentar este comentado recambio:

•         El primer tema sería el del reclutamiento: los clubes por diferentes motivos  han dejado de hacerlo sistemáticamente, lo que conspira contra la aparición de nuevos talentos.
• ·         El segundo tema pasa por, como decía León, utilizar a  los jugadores jóvenes en las posiciones que los favorezcan a futuro y no en la que rinden más en el momento, donde la responsabilidad recae en nosotros los entrenadores.

Debemos volver a nutrir nuestras canteras y trabajar con los jóvenes en función de futuro y saber que los resultados  no se ven de un día para otro sino que llevan un determinado periodo, donde los dirigentes cobran un papel preponderante.

Estas dos ideas deberían estar apuntaladas  con  la masificación de nuestro deporte, para ello es indispensable su inserción en las escuelas, a través de un convenio con el Ministerio de Cultura y Educación. El básquet, generalmente, no se da en las escuelas y por consiguiente es muy difícil que llegue a todos los sectores sociales y que se multiplique.

Obviamente que el plan altura está sumamente ligado a los aspectos anteriores y es de vital importancia para levantar nuestro promedio de centímetros en cancha.

Puntualmente en  el tema selección, no debemos olvidar que tuvimos la fortuna de contar  con una tremenda camada de jugadores, contemporáneos y que curiosamente ocupan diferentes puestos en la cancha Prigioni-Sánchez en el 1, Ginóbili-Delfino en el 2, Nocioni-Jasen (antes Hermann) en el 3, Scola y Leo Gutiérrez en el 4 y Oberto en el 5, por citar a algunos.

La mayoría de estos jugadores surgieron de  reclutamientos: Prigioni (Social Ramallo), Ginóbili (Andino), Delfino (libertad), Nocioni (Racing), Gutiérrez (Olimpia). Lluego debutaron en nuestra liga, se consolidaron en Europa y algunos de ellos llegaron al mejor básquet del mundo, la NBA.

Ahora bien, nosotros los argentinos somos exitistas por  naturaleza y por ende tenemos la costumbre de hacernos problema por el futuro sin disfrutar el presente, que es lo que está ocurriendo aquí y ahora. En vez de disfrutar de la Generación Dorada nos estamos haciendo problemas por el recambio y sus consecuencias.

Posiblemente este  recambio sea  progresivo alternando jugadores con experiencia junto a las jóvenes promesas. Y como decía en el caso de los clubes, tener paciencia y aceptar que esto es cíclico y que  a lo mejor, en los próximos años, debemos pelear para estar entre los ocho mejores y no pelear por medallas. No dramatizarlo, al contrario,  aceptarlo y trabajar para estar cada día un poquito más arriba.

Es indudable que el trabajo de los entrenadores, de todos los niveles, ha sido y sigue siendo  para destacar  ya que han tenido notable influencia en el desarrollo de todos nuestros grandes jugadores.  

En Argentina siempre han surgido talentos  y siempre existió esa  duda sobre lo que vendrá, potenciada en esta época por lo que han conseguido estos extraordinarios jugadores. Aunque haciendo memoria, después de  Cortijo, surgió Milanesio y luego apareció Pepe y Prigioni. Atrás de Raffaelli vino campana y más tarde Ginóbili y Delfino.

Esto no es matemáticas y por lo tanto no garantiza nada, pero demuestra que el  material existe y que con el compromiso y la  responsabilidad de todos los estamentos, el basquetbol argentino, nuestro basquetbol, seguirá siendo respetado en todo el mundo.